Primero, iniciemos con la definición de conciencia y cultura. La primera puede definirse como el nivel de conocimiento y comprensión que tienen los individuos sobre los riesgos en materia de seguridad vial y las medidas necesarias para prevenir accidentes o siniestros viales. Esto implica capacitación y sensibilización. Nuestro segundo concepto, cultura, puede definirse como el conjunto de valores, creencias, actitudes y comportamientos (palabras importantes estas dos últimas) compartidos por toda la organización en relación con la seguridad vial. Esto se entiende como un aspecto colectivo que se refleja en cómo se diseñan las políticas, se implementan los procedimientos y se toman decisiones que afectan la seguridad vial.
Con base en ello, encontramos como primera y principal diferencia en este contexto que la conciencia es una percepción y compromiso individual, mientras que la cultura es una característica colectiva de la organización.
Ahora, entrando en materia, todas las organizaciones tienen la responsabilidad de proteger no solo a sus colaboradores, sino también a la comunidad en general (actores viales). Basándonos en el análisis previo de los conceptos de conciencia y cultura, se genera un gran interrogante: ¿Cuál debe ser el enfoque de las organizaciones: generar conciencia individual o cultura organizacional en seguridad vial?
La importancia de generar conciencia en el personal
La conciencia se refiere al entendimiento y reconocimiento individual de los riesgos asociados con el tránsito y la importancia de seguir prácticas seguras al conducir o desplazarse. Trabajar en pro de generar conciencia implica:
– Capacitación y Educación: Proporcionar información y formación continua sobre normas de tránsito, técnicas de conducción segura y prevención de accidentes.
– Sensibilización: Promover campañas que destaquen las consecuencias de prácticas inseguras, como el exceso de velocidad o el uso del teléfono móvil al conducir.
– Responsabilidad Individual: Fomentar que cada empleado asuma un rol activo en su propia seguridad vial y en la de otros actores viales.
Generar conciencia es esencial para que los empleados comprendan el impacto de sus acciones en la seguridad vial. Sin embargo, su efecto puede ser limitado si no se integra en un marco organizacional más amplio.
Fomentando una Cultura de Seguridad Vial
La cultura de seguridad vial es el reflejo de los valores y comportamientos colectivos de la organización en relación con la seguridad vial. Trabajar en pro de una cultura sólida implica:
– Liderazgo Comprometido: La dirección debe demostrar un compromiso visible con la seguridad vial, estableciendo políticas claras y asignando recursos para promover prácticas seguras (Ser un gerente héroe para el PESV).
– Políticas y Procedimientos: Implementar normas internas que regulen el uso de vehículos de la empresa, horarios de conducción, mantenimiento preventivo, entre otros.
– Comunicación Abierta: Crear canales para que los empleados reporten incidentes o sugerencias relacionadas con la seguridad vial sin temor a represalias.
– Integración en la Estrategia Empresarial: Incorporar la seguridad vial en los objetivos corporativos y en la toma de decisiones estratégicas.
– Reconocimiento y Recompensa: Valorar y premiar comportamientos y actitudes que promuevan la seguridad en las vías (Visibilidad del compromiso).
Una cultura fuerte de seguridad vial asegura que las prácticas seguras sean parte integral de las operaciones diarias y que todos los miembros de la organización estén alineados en este objetivo.
¿Conciencia o Cultura? Un Enfoque Complementario
No se trata de elegir entre generar conciencia o cultura, sino de entender que ambos aspectos son complementarios y esenciales para mejorar la seguridad vial.
– Sin Conciencia Individual: Los empleados pueden seguir las reglas por obligación, sin comprender realmente su importancia, lo que puede llevar a incumplimientos cuando no hay supervisión (el común denominador).
– Sin Cultura Organizacional: Los esfuerzos individuales pueden ser insuficientes si la organización no respalda o incluso contradice las prácticas seguras, por ejemplo, al establecer horarios de entrega que fomenten el exceso de velocidad (muy real).
Estrategias Integradas para Empresas
Para lograr un impacto significativo en la seguridad vial, las empresas deben implementar estrategias que aborden tanto la conciencia individual como la cultura colectiva:
– Programas de Formación Integral: Combinar capacitación técnica en conducción segura con actividades que promuevan valores y actitudes positivas hacia la seguridad vial.
– Participación de los Empleados: Involucrar al personal en la identificación de riesgos viales y en la creación de soluciones prácticas (Comité de seguridad vial, encuesta de identificación de riesgos viales, reporte de actos y condiciones inseguras, investigación de siniestros viales y accidentes de tránsito).
– Tecnología y Monitoreo: Utilizar dispositivos y sistemas que permitan monitorear el comportamiento de conducción y proporcionar retroalimentación constructiva.
– Colaboración Externa: Trabajar con autoridades locales y organizaciones especializadas para mantenerse actualizados en mejores prácticas y regulaciones.
Trabajar en pro de generar tanto conciencia como cultura en seguridad vial es fundamental para las empresas comprometidas con el bienestar de sus empleados y la sociedad. Al combinar esfuerzos individuales con un sólido respaldo organizacional, se crea un entorno donde la seguridad vial es parte esencial de la identidad corporativa, reduciendo accidentes y promoviendo una imagen positiva de la empresa.
Referencias:
– Organización Mundial de la Salud (OMS). «Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial.»
– Fundación MAPFRE. «Cultura de seguridad vial en las empresas.»
16/11/2024
