Los líderes y miembros de un Sistema de Gestión deben ser valientes por naturaleza, dada la gran responsabilidad que tienen sobre sus hombros; es por ello por lo que ante el acecho de un fantasma deben tener la capacidad de afrontarlo y seguir adelante. Estos fantasmas no son abstracciones o espectros del más allá, que mueven objetos o apagan luces, por el contrario, son miedos ocultos, desafíos internos que, si no se combaten, pueden hacer mucho daño.
Esos susurros de duda, esa sensación que algo se está escapando de las manos, la incertidumbre que merodea cada decisión y estrategia… todos estos son espectros que un líder debe reconocer y exorcizar. Ahora bien, la pregunta es ¿Estás preparado (a) para verlos cara a cara y enfrentarlos?
En este artículo me centraré en tres fantasmas, no queriendo decir que no existan más, sino, por el contrario, que desde mi experiencia en sistemas de gestión los he vivido, los he visto a la cara, he convivido con ellos, y los veo a diario en tanto a líderes en sistemas de gestión como en líderes de procesos y líderes de organizaciones. Es importante que tengas presente que cada uno debe determinar como afrontarlos, no existen fórmulas mágicas, yo te daré al final de la explicación de cada fantasma, lo que a mí me sirvió para afrontarlo.
El Fantasma del miedo a la toma de decisiones: Acecha en cada momento decisorio, con su presencia, enorme sombra y aliento helado, paraliza la voluntad. “¿Y si te equivocas? ¿Y si todo sale mal? Susurra al oído, sembrando dudas en cada decisión. El constante miedo a fallar puede convertirse en una parálisis total, haciendo que cada una de las oportunidades pasen frente a nosotros y no seamos capaces de tomarlas, por quedarnos atrapados en limbo de la indecisión.
Para desterrar a este espectro, lo más sencillo es darle un fuerte abrazo a la valentía, pero no se trata de ponerte una capa y convertirte en superhéroe, es a la valentía informada. Toma esos datos que tienes, información sólida como análisis de riesgos, estudios de casos que ya has tenido y aprópiate de ellos, conviértelos en tus cimientos para tomar decisiones y más importante aún, entiende que los erros no son fracasos, sino escalones hacia un crecimiento. Quieres salir de la sombra de este fantasma enfréntalo.
El Fantasma de la oportunidad perdida: Aunque pareciera tener mucha relación con el anterior, su característica principal es la sutileza, sigilo y crueldad que lo acompaña. Se manifiesta en los correos sin responder, en las ideas que se posponen una y otra y otra vez hasta quedar en el olvido, en los registros sin diligenciar, en las acciones sin tomar, en las mejoras que nunca llegan a implementarse, en los planes que jamás pasaron de eso, ser planes. Su arma más letal, es la rutina, el letargo de lo cotidiano que te adormece la capacidad de ver más allá de la inercia diaria.
Quieres acabar con él, mantente en movimiento. Revisa, innova y sobre todo y más importante, cuestiona. No hay cabida para la pasividad en una gestión efectiva. Si el miedo a la toma de decisiones te hace ver pasar las oportunidades frente a ti, este no te dejará buscarlas y hará que dejes la mesa servida para aquellos que si se atrevieron.
El Gran Fantasma del Estancamiento: La combinación poderosa de los dos fantasmas anteriores, este es el espectro más temible. Como un verdadero terror, se desliza entre las grietas de las organizaciones, impregnando cada lugar con una sensación de pesadez, haciendo que vivamos en ese bucle de tiempo, repitiendo interminablemente lo mismo. El sistema de gestión se convierte en una rueda para hámster donde pareciera que todo se mueve, pero estamos allí mismo. Procesos que no evolucionan, cambios que nunca suceden, una empresa atrapada en un ciclo sin final.
¿Puede desterrarse? Con un liderazgo audaz, con personal motivado que desafíen el statu quo. Generando unas buenas bases a través de la comunicación, estableciendo, midiendo y analizando indicadores de gestión, entendiendo que los cambios son necesarios y que el movimiento es indispensable, podemos generar la mejor arma de todas, la mejora continua, la cual se convierte en la única capaz de romper las cadenas del estancamiento.
Los fantasmas si existen, pero no como nos muestran en las películas de terror, y tampoco son imaginarios. Son reales, se pueden sentir, son pesados y pueden afectar representativamente y estancar a las organizaciones. Sin embargo, no son invencibles y existen muchas formas para enfrentarlos y está en las manos de cada líder de sistemas, de procesos y de organizaciones. Solo aquellos que se atrevan a mirar más allá del miedo, a desafiar la rutina y romper la parálisis, serán quienes logren que su sistema de gestión que sus procesos y sus organizaciones evolucionen.
Te dejo esta última pregunta como reflexión ¿Seguirás permitiendo que estos fantasmas te controlen o estás dispuesto a enfrentarlos?

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